Este proyecto diseñado por los arquitectos Julio Valle y Eduardo Fernández (arquitecto colaborador), tenia por objeto rehabilitar el ábside Románico de la Iglesia de Santa María de Villamayor, y reestructurar para Centro Social y Cultural el edificio anexo haciéndolo permeable a la iglesia.
De la Iglesia de Santa María de Villamayor construida en los siglos XI y XII se conserva la cabecera, el arranque de la nave y la puerta Sur, debido al derrumbe de las bóvedas de la nave en 1808. Destinándose primeramente el solar a cementerio, a finales del siglo XIX se construye un edificio que ocupaba la nave derruida, duplicando su longitud y manteniendo su anchura con el fin de albergar las escuelas.
Con la reforma interior del edificio anexo al ábside, se pretende albergar los espacios necesarios que el Centro Social y Cultural de la Parroquia Rural necesita, a la vez que abrir este hacia el ábside, mejorando la precaria situación actual, limitado por un muro ciego de fábrica en pésimo estado de conservación. Así mismo la intervención señala la parte derruida de la iglesia, limitando su espacio interior, y dejando visibles los cimientos de la fachada Oeste.
La biblioteca y la sala multiusos, situada en la planta inferior, conforman un volumen prismático que ocupa el antiguo volumen de la nave derruida, estando limitado por la zona Oeste por un vacío, que antes ocupaba la fachada de la iglesia, dejando a la vista, cubierto por un vidrio, los cimientos de la fachada, e iluminado cenitalmente por un lucernario que sobresale de la cubierta en la misma posición que ocupaba la espadaña.
Al exterior se elimina la carpintería de las ventanas de esta zona, sustituyéndolas por los mismos cerramientos de vidrio y lamas de madera que conforma el volumen interior. De esta forma el espacio interior de la antigua iglesia se delimita por una piel de lamas de madera y vidrio translúcido, que iluminará el interior del ábside y por la noche el exterior del edificio.
Tanto desde el interior del Centro, como desde el ábside y de forma sutil desde el exterior se reconstruye el volumen de la primitiva Iglesia.
La intervención en la zona de la cabecera se limita a la reconstrucción del solado y escalera de acceso interior, iluminación interior, ejecución del falso techo de la cubierta y sustitución del cierre actual con el edificio colindante por el prisma descrito anteriormente, que despegado del suelo y del techo limitará el espacio iluminándolo.
Tanto desde el interior del Centro, como desde el ábside y de forma sutil desde el exterior se reconstruye el volumen de la primitiva Iglesia.
La intervención en la zona de la cabecera se limita a la reconstrucción del solado y escalera de acceso interior, iluminación interior, ejecución del falso techo de la cubierta y sustitución del cierre actual con el edificio colindante por el prisma descrito anteriormente, que despegado del suelo y del techo limitará el espacio iluminándolo.